
Depresión: la enfermedad del siglo XXI
La mayoría de nosotros nos sentimos deprimidos de vez en cuando. Suspender un examen, romper con nuestra pareja o no alcanzar un objetivo laboral, podrían ser ejemplos de situaciones que propician en muchas personas un estado de ánimo depresivo.
Pero esta disminución del estado de ánimo no debe confundirse con depresión. Generalmente, en nuestra vida diaria, solemos emplear etiquetas para transmitir información de forma simple y reduccionista, por ello, el decir “estoy deprimido” es muy común, pero en muy pocas ocasiones realmente la persona cumple los criterios diagnósticos. Los trastornos del estado de ánimo son alteraciones mucho más graves y que duran más tiempo.
No por ello la depresión deja de ser una enfermedad cada vez más común, que afecta ya a 350 millones de personas, aunque poco reconocida por quien la padece. ¿Cuáles son sus principales síntomas?
– Estado de ánimo depresivo, que en los niños y adolescentes puede ser irritable en lugar de triste.
– Pérdida del interés o placer en casi todas las actividades.
– Cambios de apetito o peso, del sueño y de la actividad psicomotora.
– Falta de energía.
– Sentimientos de infravaloración o culpa.
– Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones.
– Pensamientos recurrentes de muerte o ideación, planes o intentos suicidas.
Estos sentimientos deben presentarse de forma (casi) continua, durante un periodo de tiempo determinado y causar un malestar significativo en una o varias áreas de la vida diaria.
Ante estos síntomas, lo mejor es acudir a un profesional que evalúe su caso de forma personalizada, ya que el tratamiento es necesario.
Pd: hay muchos documentales sobre depresión, y cada uno de ellos nos da una visión distinta. Os dejo dos de ellos: La mente enferma y La depresión.
Un saludo!
Mercedes