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Los niños y los adolescentes

 

 

La niñez y la adolescencia son etapas decisivas en el desarrollo personal de cualquier individuo, durante los cuales se produce un crecimiento físico, conductual, emocional, cognitivo, social y de la personalidad. Períodos donde deben superarse logros, vivir situaciones nuevas a las que adaptarse, aprender a desarrollar conductas y relaciones adecuadas socialmente. Este desarrollo está íntimamente relacionado con los procesos educativos y de socialización dentro de la familia y amigos.

 

La forma de enfrentar las dificultades, la imagen que tenga el menor de sí mismo, problemas familiares o escolares…pueden dar lugar al desarrollo de algún trastorno psicológico.

 

La familia suele ser la primera en detectar cuando un problema sobrepasa los límites de lo considerado normal, cuando su frecuencia e intensidad son excesivas, cuando comienza a afectar al desarrollo familiar, social o escolar del menor, manifestaciones exageradas de enfado, miedo, tristeza o ansiedad…son algunos de los indicadores de que hay algún problema.

 

 

Ansiedad

 

 

Los niños y adolescentes pueden experimentar preocupación o inquietud intensa ante diversas situaciones, como dificultades escolares, un problema familiar o el asumir responsabilidades, lo que afectará significativamente a su funcionamiento habitual. Destacan trastorno de ansiedad generalizada, ansiedad por separación, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático.

Depresión

 

 

Situación afectiva de tristeza de gran intensidad y duración que se da en un menor, y que se manifiesta por conductas de llanto, irritabilidad, falta de sentido del humor, baja autoestima, aislamiento social, cambios en el sueño, cambios en el apetito y el peso, hiperactividad, pérdida de interés, sentimientos de inutilidad y culpabilidad, dificultad para tomar decisiones. La depresión puede aparecer por la vivencia de experiencias negativas en su vida y que le llevan a situaciones de frustración y desesperanza.

Miedos y fobias

 

 

Los niños generalmente aprenden a tenerle miedo a un objeto específico o a una situación después de haber tenido una experiencia desagradable. Estos miedos cambian y evolucionan con la edad. Cuando la ansiedad y los miedos persisten aparecen las fobias.

Habilidades sociales

 

 

Conjunto de conductas emitidas en un contexto interpersonal que sirven para expresar emociones, opiniones, deseos o derechos de un modo adecuado a la situación. Las habilidades se adquieren a través del aprendizaje, por lo que la infancia y la adolescencia son etapas críticas para su enseñanza. Las habilidades les van a permitir resolver problemas, adaptarse a nuevas situaciones, saber relacionarse con sus iguales.

Trastornos de la eliminación

 

 

Se incluyen la encopresis (emisión repetida de heces en lugares inadecuados, como la ropa o el suelo, ya sea de forma involuntaria o intencionada) y la enuresis (remisión repetida de orina durante el día o la noche en la cama o la ropa y suele ser de forma involuntaria). A los 3-4 años, el menor debe haber aprendido a controlar sus esfínteres, y se trata de uno de los mayores logros en esta etapa. Cuando el menor no da señales de controlar, aunque sea de forma intermitente, y comienza a afectar a la vida del niño, es cuando hay un problema que debe ser tratado.

Hábitos y técnicas de estudio

 

 

Los hábitos son aquellas costumbres que debemos tener en el estudio (lugar, tiempo, manera) y las técnicas son las herramientas que facilitan nuestro aprendizaje. En el caso del bajo rendimiento escolar, el cual puede deberse a múltiples causas, desde factores genéticos a causas ambientales del entorno social, familiar o escolar, es importante una correcta evaluación para delimitar los motivos e iniciar un tratamiento específico a la problemática que presenta el menor.

Problemas de comportamiento

 

 

Presencia de conductas molestas y perturbadoras, de carácter hiperactivo, impulsivo, negativistas, desafiantes o agresivas, cuya frecuencia e intensidad hacen que afecte a la vida del menor y de los que le rodean. Se trata de trastornos de conducta cada vez más frecuentes en los menores y que aparecen a edades más tempranas, las cuales generan un vínculo relacional coercitivo entre hijos y padres. Estas conductas inadecuadas pueden ser “normales” en determinadas etapas del desarrollo, pero cuando su magnitud, frecuencia y perseverancia en el tiempo son excesivas, deben ser tratadas para intentar modificarlas a tiempo.

Autoestima

 

 

Es el concepto que tenemos de nosotros mismos, cómo y cuánto nos valoramos y nos aceptamos Durante la niñez y la adolescencia, se va formando el concepto personal: la idea de quienes somos, si le gustamos a las demás personas, si nuestro entorno nos acepta…Esto, junto a los múltiples cambios que se dan durante estas etapas, la autoestima puede verse afectada, pudiendo generar agresividad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria, consumo de alcohol o drogas en los menores.

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